La suspensión de clases presenciales dictaminada por las autoridades del país el 16 de marzo de 2020 sacó de la rutina a más de 3,5 millones de estudiantes, quienes debieron realizar su año académico desde sus casas y más de 218 mil docentes tuvieron que capacitarse para adaptarse al escenario digital y lograr mantener la continuidad de los aprendizajes de sus alumnos/as de manera remota.
Tras un año de pandemia analizamos con el psicólogo especialista en educación e innovación y actualmente asesor en educación de la Universidad de Chile, Cristián Celedón, cuáles son los principales desafíos que tenemos este 2021 en el área de la educación.
1. Rescatar los aprendizajes del 2020
“Siempre la innovación se genera de la crisis, ya que ahí es cuando las personas tienen que buscar soluciones a problemas. Dentro de las capacitaciones que he realizado, muchos profesores me contaban que lo que antes les funcionaba ahora ya no les resulta, y eso hace que tengamos que abrirnos a nuevas herramientas”.
Sin dudas el 2020 derrumbó varios paradigmas sobre la educación como, por ejemplo, nos demostró que la sala de clases no es el único espacio o canal donde se pueden generar aprendizajes, o que la presencialidad tampoco es el único método educativo que fomenta los procesos de aprendizaje de los estudiantes.
Más allá de que hay muchos quienes creen que la educación tras la pandemia no será lo mismo que antes, es fundamental que los establecimientos educacionales analicen cómo fue el año 2020 y rescaten las herramientas o acciones que funcionaron y dieron resultados positivos al proceso de continuidad educativa a distancia.
Cristián Celedón comenta que gracias a la suspensión presencial de clases pudimos darnos cuenta que, a través de la tecnología, la educación se puede desarrollar a través de muchas plataformas y medios, teniendo múltiples oportunidades de progresión en los aprendizajes de los alumnos y alumnas que van más allá de la sala de clases.
“Los colegios y las autoridades educativas tienen que intencionar que los aprendizajes del 2020 queden. Siempre la innovación se genera de la crisis, ya que ahí es cuando las personas tienen que buscar soluciones a problemas. Dentro de las capacitaciones que he realizado, muchos profesores me contaban que lo que antes les funcionaba ahora ya no les resulta, y eso hace que tengamos que abrirnos a nuevas herramientas. En este periodo de pandemia ha habido muchos procesos de innovaciones espectaculares por parte de colegios, comunidades y docentes, los cuales debemos mantener en el futuro”, agrega Celedón.
2. Formación docente
La suspensión de clases presenciales llevó a que muchos docentes y asistentes de la educación tuvieran que hacer un esfuerzo monumental por adaptarse a diferentes herramientas digitales con el objetivo de realizar sus clases de manera remota. Sin embargo, para ello fue fundamental la formación docente y capacitaciones forzosas que se evidenciaron durante la pandemia.
Según un estudio publicado en octubre de 2020 por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, un 73 % de los profesores chilenos ha aprendido metodologías nuevas tras la pandemia y el 90% ha aplicado herramientas nuevas durante la crisis.
Para Cristián Celedón, gracias a las capacitaciones que se han realizado hoy en día, gran parte de los docentes tienen las herramientas básicas para poder enfrentar un proceso virtual de mejor manera que en marzo de 2020. Sin embargo, recalca que es muy importante ahora mantener, dentro de lo posible, las formaciones de docentes y profundizarlo cada vez más.
3. Trabajo socioemocional
“Todo acto o respuesta que recibamos es información ya que, por ejemplo, quienes no contestan o tienen una participación muy baja nos indica que algo está pasando con ese niño o niña y debemos ponerle foco”.
“El bienestar socioemocional es la base para un buen aprendizaje”
Es clave para este 2021 ponerle foco al trabajo socioemocional tanto de los estudiantes como también de la familias, docentes y equipos directivos de los colegios para apoyarlos y entregarles herramientas que los ayuden a enfrentar de la mejor manera posible este nuevo año escolar, ya sea de manera presencial, virtual o híbrida.
Según la consulta ciudadana “Calidad de la educación en contexto de pandemia” realizada por la Agencia de Calidad de la Educación, la cual se aplicó a apoderados y apoderadas del país entre agosto y septiembre del 2020, revela que el estado socioemocional de los estudiantes es su principal preocupación en el actual contexto, con un 38% de menciones.
Entre otros aspectos que preocupan a los padres y madres que respondieron la consulta están:
La psicóloga clínica con magíster en educación y Coordinadora del Equipo Multidisciplinario de la Fundación BostonEduca, Claudia Alcaide, realiza talleres y programas para el trabajo y apoyo emocional, tanto de los estudiantes como de los docentes de la Fundación y señala que los ámbitos más importantes que se deben trabajar en el área socioemocional son la comunicación, empatía, el autoconocimiento, la autoestima y herramientas para la resolución de conflictos.
“El niño o niña tiene que estar bien emocionalmente, sentirse seguro y acogido en su entorno para poder avanzar en sus aprendizajes. El trabajo socioemocional debe ir de la mano con el proceso de enseñanza y, para ello, los docentes deben generar un vínculo con los estudiantes y permitirles que se expresen, que digan cómo se sienten y escucharlos, al escuchar al niño/a ya está bajando esa ansiedad o angustia”, añade Claudia.
Por su parte, Cristián Celedón recomienda hacer preguntas dentro de los espacios de formación, ya que esto, además de permitir saber cómo va el proceso de enseñanza indica cómo están emocionalmente los estudiantes: “Todo acto o respuesta que recibamos es información ya que, por ejemplo, quienes no contestan o tienen una participación muy baja nos indica que algo está pasando con ese niño o niña y debemos ponerle foco”, agrega.
Durante febrero de este año Claudia realizó un taller de “Retorno Emocional Seguro” a todos los docentes y miembros del equipo directivo de la red de colegios de la Fundación BostonEduca, en donde capacitó a los profesores y profesoras sobre la importancia de su propio autocuidado y bienestar para poder realizar instancias de aprendizajes enriquecedores: “Los docentes deben saber que son referentes para los estudiantes y más allá de lo que enseñan con su discurso, deben educar mediante la acción”.
4. Transformación digital
“Estamos en un punto de no retorno, donde los que entiendan que la tecnología en un mundo globalizado y de innovación llegó para quedarse, son los que van a sobrevivir”.
La tecnología ha sido una herramienta fundamental para mantener los procesos educativos. Tras un año de pandemia es esencial consolidar y proyectar la transformación digital: “Estamos en un punto de no retorno, donde los que entiendan que la tecnología en un mundo globalizado y de innovación llegó para quedarse, son los que van a sobrevivir”, según Cristián Celedón.
Después de un año de la suspensión de clases presenciales y el uso de nuevas tecnologías para mantener los procesos de aprendizaje a distancia, dan cuenta del alcance positivo que puede tener la tecnología cuando se involucra en el proceso formativo.
Según Celedón, antes de la pandemia había una mirada más periférica de la tecnología, por ejemplo, uso de computadores, pantallas inteligentes o tablets como apoyo dentro de las salas de clases. Sin embargo, la crisis nos enseñó que la tecnología y las innovaciones digitales aplicadas en la educación pueden ser protagonistas, y cuando lo son, entrega a los alumnos/as un proceso más lógico ya que el estudiante está más sometido a interactuar con mecanismos tecnológicos, y así es como también los docentes se fueron dando cuenta que esta herramienta puede ser protagonista del proceso ya que motiva y engancha al estudiante.
Además, analiza la modalidad digital de clases que se ha instaurado y cree que se ha generado una percepción de que estas no funcionan y lo más útil y esencial es el estudiante sentado en la sala de clases, pero eso es, de acuerdo a su visión, una mirada errónea: “La mayoría de los sistemas educativos en el mundo que lograron enfrentar bien la pandemia trabajaron durante muchos años para que el estudiante tuviese un computador y pudiese trabajar desde casa autónomamente. En esa modalidad, yo creo que este año los estudiantes desarrollaron muchas habilidades autónomas, a diferencia de lo que sucede cuando están sentados en las clases“.
5. Continuidad en los aprendizajes
Una de las principales funciones de la Agencia de Calidad es orientar a los establecimientos educacionales y a sus sostenedores en su gestión y mejora continua de los procesos de aprendizajes. Durante agosto y septiembre de 2020, la entidad realizó una consulta ciudadana llamada “Calidad de la educación en contexto de pandemia” con el objetivo de comprender cuáles eran las necesidades de los apoderados/as y trabajadores de establecimientos educacionales en medio del actual contexto.
Ante la pregunta ¿En qué podríamos aportar al establecimiento de su hijo o hija?, la mayoría de los participantes mencionó la necesidad de contar con orientaciones vinculadas en un 23% a asegurar que los estudiantes no se queden atrás con respecto a sus estudios.
La Agencia de Calidad de la Educación orienta al sistema educativo. ¿En qué podríamos aportar al establecimiento de su hijo o hija? Marque una alternativa.
Uno de los temas más inquietantes para Cristián Celedón en estos momentos es la desigualdad con respecto a las posibilidades de conectividad de los estudiantes, ya que según él, efectivamente el que tiene la oportunidad de asistir a clases presenciales obtiene un espacio de aprendizaje mayor al que no puede o no cuenta con acceso a tecnología para participar de las clases remotas: “Hay que focalizar los recursos de manera correcta y equitativa. Somos un país que tiene las herramientas para invertir en que todos los estudiantes tengan las mismas posibilidades de acceso y que ninguno sufra por no tener conexión a sus clases remotas. No puede ser que cada vez que haya un problema, algunos sobrevivan y otros no”.
Como consecuencia de la brecha de aprendizajes, nacen inquietudes y preocupaciones sobre un posible aumento en la deserción escolar. El Centro de Estudios del Mineduc realizó en octubre de 2020 una investigación sobre la deserción escolar en tiempos de pandemia y proyectó que, solo durante el año 2020 el número de desertores podría subir hasta 267.822, lo que implica un crecimiento del 43% en el total de estudiantes fuera del sistema escolar en un solo año.
“No puede pasar dentro de esta situación actual que estudiantes desaparecen y no sepamos dónde están. Hay escuelas que han tenido una conexión de 20% y el retorno a la presencialidad no es la solución. Es importante que los colegios mantengan el contacto con las familias y hagan seguimiento o monitoreo de en qué están sus estudiantes, quizás no tengan el tiempo para saber específicamente de cada uno, pero si puedo mantener cierto control a través de las listas de asistencia y otros elementos que permiten saber qué pasa con algunos estudiantes”, menciona Celedón.
Ante un posible aumento en la tasa de deserción escolar, Cristián cree que las consecuencias en las brechas de conocimiento provocados por la pandemia van a durar hasta al menos 2025 y la pandemia nos dará muchas lecciones que aprender: “No esperamos tener el dato duro de cuál es la deserción, sino que prevengamos desde ya este fenómeno y comencemos a hacer catastro de posibles estudiantes que deserten y ver qué se puede hacer. Lo importante es detectar rápido a quienes estén en peligro de desertar y hacer algo para que eso no pase”.
Desde el Ministerio de Educación se habilitó una plataforma web llamada Observatorio Educativo MINEDUC, donde en conjunto con diversos actores del sistema escolar, se recabaron iniciativas que han desarrollado los colegios e instituciones escolares con el objetivo de mantener el vínculo con los estudiantes y sus familias en este contexto de pandemia.
Dentro de la investigación publicada, Deserción Escolar: Factores de Riesgo y Prácticas de Prevención en Tiempos de Pandemia, se agrupan cuatro principales categorías las cuales deben ser consideradas al momento de enfrentar y prevenir la deserción escolar:
Es indiscutible que la pandemia remeció al país y el funcionamiento del modelo educativo de todos los establecimientos escolares, los cuales tuvieron que adaptarse rápidamente a los desafíos que se fueron presentando en el camino transformando su modelo de enseñanza para mantener el proceso de aprendizaje de sus estudiantes frente al complejo escenario.
Sin embargo, los desafíos continuarán apareciendo y, por ello, es fundamental que las entidades escolares sean capaces de saber cómo enfrentarse a las adversidades y aplicar aquellas herramientas las cuales han dado frutos positivos en los aprendizajes de sus estudiantes.
La educación no volverá a ser lo mismo posterior a la pandemia y es responsabilidad de todos mantener las enseñanzas y metodologías innovadoras que han surgido durante este periodo.